miércoles, 19 de octubre de 2011

Extractos de "The Iron Fey -2- The Iron Daughter" de Julie Kagawa.



1
“Deambulé por un tiempo, ni despierta ni dormida, atrapada en algún lugar entre las dos. Confundida, entre el recuerdo de los sueños a través de mi visión, mezclándose con la realidad, hasta que no sabía cuál era cuál. Soñaba con mi familia, Ethan, mamá y mi padrastro, Luke. Soñaba que ellos continuaban sin mí, poco a poco olvidando quién era yo, que incluso existía. Formas y voces flotaban dentro y fuera de mi conciencia: Tiaothin diciéndome ¡anímate! porque ella estaba aburrida, Rowan diciéndole a la Reina Mab que no tenía idea de que yo iba a reaccionar tan violentamente a una simple seta, otra voz diciéndole a la reina que yo tal vez nunca despertaría. A veces soñaba que Ash estaba en la habitación, de pie en una esquina o al lado de mi cama, sólo mirándome con los brillantes ojos plateados. En mi delirio, podría haberlo oído murmurar que lo sentía.”

2
“Un dolor llenó mi pecho, tan agudo que me quedé sin aliento. ¿Era así como un corazón roto se sentía? ¿Era posible morir de dolor? Yo siempre había creído que las niñas en la escuela eran tan dramáticas; cuando rompían con su novio, lloraban y se portaban mal por semanas. No pensé que necesitaban hacer semejante escándalo. Pero yo nunca había estado enamorado antes.”

3
“Ash frunció el ceño, apuñalando a un hada que iba arañando a sus pies. “¿Qué estás haciendo aquí, Goodfellow?” preguntó con frialdad, lo que sólo causó que la sonrisa de Puck se ampliara.
“Rescatando a la princesa de la Corte de Invierno, por supuesto.” Puck miró hacia abajo como los wire—fey se amontonaban sobre el jabalí chillando, destrozando y cortando en rodajas. Explotó en un montón de hojas, y se deslizaron de nuevo en la confusión. “Aunque parece que estoy salvando tu pobre culo, también.”

4
“¿El Cetro de las Estaciones?” Puck me miró horrorizado. “Oh, hombre. Así que de ahí es de donde los rumores de guerra están viniendo. Invierno realmente va a atacar a Verano.” Él miró a Ash. “Por lo tanto, estamos en guerra. Perfecto. ¿Vamos a ahorrar tiempo y matarnos ahora entre sí, o quieres esperar hasta más tarde?”

5
“Yo podía manejar duendes y villanos y caballos malvados comedores de carne, ¿Pero una maldita araña gigante? Ahí es donde dibujaba mi línea límite.”

6
“Podría matarlo. Si el hería a Ethan o Mamá de cualquier manera, enterraría un cuchillo a través de su corazón yo misma, incluso si estuviera sollozando como loca mientras lo hiciera. Incluso si lo amara más que a la vida misma.”

7
“Preocupada observando su rostro, no vi su brazo moverse hasta que fuertes dedos se curvaron sobre los míos. Mi estomago dio un salto y miré hacia abajo, viendo mi mano atrapada dentro de la suya, y mire de vuelta a su rostro. Sus ojos de plata estaban abiertos ahora, mirándome, su expresión ilegible en la oscuridad. Se me cortó la respiración.
“Hola,” susurré, por falta de algo que decir. Continuó observándome, sin moverse, y seguí parloteando. “Em, la enfermera dice que vas a estar bien ahora. Estarás un poco enfermo por el hierro, pero debería desaparecer con el tiempo.” Permaneció en silencio, sus ojos nunca abandonando mi rostro, y mis mejillas comenzaron a arder. Tal vez recién había tenido una pesadilla, y lo asuste al arrástrame a su habitación como una acosadora. Tuve suerte de que no me haya roto la muñeca como casi había hecho con la enfermera. “Siento despertarte,” murmuré. Intentando retroceder. “Te dejaré dormir ahora.”
Su agarré se apretó, deteniéndome. “Quédate.”
Mi corazón se disparó. Lo miré, deseando poder fundirme en él, sentir sus brazos a mi alrededor. Suspiró, y cerró sus ojos.”

8
“No estaba segura de eso. “Qué hay del vestido?” Alegué, aun determinada de encontrar un pretexto. “No tengo que ponerme.”
Esta vez, recibí miradas desdeñosas de tanto la enfermera como Puck. “Podemos conseguirte un vestido, Princesa,” se burló Puck. “Diablos, con el glamur puedo hacerte un vestido hecho de diamantes y mariposas si quieres.”

9
“Regresamos a través de la puerta a la habitación central, donde un guapo muchacho en un clásico esmoquin negro nos esperaba. Quedé boquiabierta cuando vi que era Puck. Su cabello rojizo había sido peinado en punta así que no se veía tan desaliñado, y sus hombros llenaban la chaqueta que usaba. No me había dado cuenta lo en forma que se veía. Sus ojos verdes me examinaron de arriba abajo, muy, muy brevemente antes de regresar a mi rostro, y sonrió. Sin burlas ni sarcasmo, sino una pura, genuina sonrisa.
“Hamf,” dijo la enfermera, no tan sorprendida como yo. “Supongo que puedes asearte cuando quieres, Robin.”

10
“Mientras vagaba hacia la ponchera, di un suspiro de alivio. “Eso estuvo cerca. Buena salvada, Puck.”
“¿Huh?” Puck frunció el ceño hacía mi. “¿Qué quieres decir?”
“¿El hechizo encanto?” Bajé mi voz a un susurro. “Vamos, ¿no conjuraste eso?”
“Yo no, princesa. Estaba a punto de convertir su peluca en un hurón, pero luego puso sus ojos todos soñadores antes de que pudiera lograrlo.” Puck suspiró, mirando la retirada del maestro de Inglés en decepción. “Lástima, de verdad. Eso habría amenizado la fiesta. Hay mucho glamur aquí, es una pena no usarlo.”

11
“Bailar con Ash era exactamente como recordaba.
La canción era lenta y dulce, por lo que nos balanceábamos atrás y adelante, sin apenas movernos, pero la mirada en su rostro, el tacto de su mano sobre la mía, era todo dolorosamente familiar. Puse mi cabeza en su pecho y cerré los ojos, contenta de tocarlo, de escuchar los latidos de su corazón. Suspiró y apoyó la barbilla sobre mi cabeza, y por un momento, ninguno de los dos habló, simplemente nos balanceamos con la música.
Hasta que decidí ser un idiota y abrir la boca.
“Entonces, parecías estar disfrutando allá atrás.” No pude mantener fuera la acusación de mi voz, a pesar de que me odiaba por sonar como una novia fenómeno—posesiva. “Esas chicas te encontraron muy interesante, supongo. ¿De qué estaban hablando?”
Él se rió entre dientes, enviando un hormigueo por mi espalda. Se reía con tan poca frecuencia, y era un sonido profundo y maravilloso cuando lo hacía.”

12
“Mab se volvió hacia él, y su mirada se suavizó. Sonriendo, torció un dedo, y él se acercó a la vez, nunca vacilante, aunque tenía las manos apretadas a los costados. "Ash", canturreó Mab cuando se acercaba. "Mi pobre muchacho. Rowan me dijo lo que pasó entre ustedes dos, pero sé que tenía sus razones. ¿Por qué me ibas a traicionar?"
"Yo la amo."
En voz baja, y sin vacilar, como si él ya hubiese tomado una decisión. Mi corazón se estremeció y jadeó, pero se perdió en el murmullo de horror e incredulidad que pasó por la multitud. Susurros y murmullos llenaban el aire, algunas hadas y gruñeron entre dientes, dejando al descubierto los dientes, como si quisieran la mafia de Ash, pero mantuvo su distancia de la reina.
Mab no parecía sorprendida, aunque la sonrisa que se encrespa sus labios era tan fría y cruel como una hoja. "La amas. La hija mestiza del señor de verano. "
"Sí".
Me dolía por él, mi estómago se torcía dolorosamente. Lo miré de pie tan desolado allí solo, frente a una reina loca y varios miles de fey enojados. Su voz era plana y resignada, como si hubiera sido empujado a un rincón y había renunciado, sin importarle lo que sucediera después. Empecé a ir con él, pero Puck me agarró del brazo, sus solemnes ojos verdes cuando él negó con la cabeza.”

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