1
—En este caso—dijo solemne el Dodo, mientras se ponía de pie—Propongo que se habrá un receso en la sesión y pasemos a la adopción inmediata de remedios más radicales...
—Habla en cristiano—protestó el Aguilucho—. No e ni lo que quieren decir ni la mitad de estas palabras, y es más! creo que tu tampoco sabes lo que significan!
2
—Bueno, huevos si he comido-reconoció Alicia, que siempre decía la verdad-, pero las niñas también comen huevos, igual que las serpientes, sabe.
- No lo creo-dijo la paloma-, pero, si es verdad que comen huevos, entonces no son más que una variedad de serpientes y eso es todo.
3
—¿Y como sabes que tu estas loco?
—Para empezar—repuso el gato—, los perros no están locos. ¿De acuerdo?
—Supongo que si—concedió Alicia.
—Bien, pues en tal cazo-siguió su razonamiento el gato—ya sabes que los perros gruñen cuando están enfadados y mueven la cola cuando están contentos. Pues bien, yo gruño cuando estoy contento y muevo la cola cuando estoy enfadado. Por lo tanto estoy loco.
4
—¿Lo mismo? ¡De ninguna manera!-dijo el sombrerero-. En tal caso seria lo mismo decir- veo lo que como—que –como lo que veo-
—Y seria lo mismo decir—añadió la liebre de Marzo—me gusta lo que tengo—que –tengo lo que me gusta.
—Y seria lo mismo decir—añadió el Lirón que parecía hablar en medio de sus sueño—respiro cuando duermo—que –duermo cuando respiro.
—Léelo-ordeno el Rey al conejo Blanco.
El conejo blanco se puso las gafas—¿por donde debo empezar su majestad?—preguntó
—Empieza por el principio— dijo el rey con gravedad—y sigue hasta legar al
Final, allí te paras.’
Amo este libro *O*
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