miércoles, 20 de julio de 2011

Extractos de "Percy Jackson y los dioses del Olimpo V: El Último Héroe del Olimpo" de Rick Riordan.




1
“Connor tenía una sonrisa retorcida que encajaba con su sentido del humor retorcido. Es un buen chico, pero siempre querrás tener una mano en tu billetera cuando él esté cerca, y nunca, bajo ninguna circunstancia, le des acceso a la crema de afeitar a menos que quieras encontrar tu bolsa de dormir llena de ella.”

2
“Quirón galopó hacia el pabellón primero, lo que era fácil para él siendo un caballo blanco de la cintura hacia abajo. Su barba había crecido revuelta a lo largo del verano. Usaba una camiseta verde que decía "MI OTRO AUTO ES UN CENTAURO" y un arco colgaba en su espalda.”

3
“—¿Por qué pelean, de todos modos?— pregunté.
Annabeth me ignoró mientras garabateaba en su rol de inspección, dando a ambas cabañas 1 de 5.
Me encontré a mí mismo contemplándola, lo que era estúpido ya que la había visto un millón de veces. Ella y yo éramos de la misma estatura este verano, lo que era un alivio.
Pero ella aún se veía mucho más madura, Era un poco intimidante. Es decir, claro, ella siempre había sido linda, pero empezaba a ser seriamente hermosa.
Finalmente dijo: —Ése carro volador.—
—¿Qué?—
—Preguntaste por qué pelean.—
—Oh, oh, cierto.—
—Lo capturaron en un asalto a Filadelfia la semana pasada. Algunos de los semidioses de Luke estaban ahí con ése carro volador. La cabaña de Apolo lo obtuvo durante la batalla, pero la cabaña de Ares dirigía el ataque. Así que han estado peleando acerca de quién se lo quedará.—
Me agaché mientras Michael Yew bombardeaba a un campista de Ares. Éste trató de acuchillarlo y lo insultó en verso. Era bastante creativo rimando ésas palabrotas.
—Peleamos por nuestras vidas, —dije —y ellos se muerden por un estúpido carro.—
—Lo superarán, —dijo Annabeth —Clarisse entrará en razón.—
No estaba tan seguro. Eso no sonaba como la Clarisse que yo conocía.
Revisé más reportes e inspeccionamos unas cuantas cabañas más. Deméter obtuvo un 4. Hefesto recibió un 3, y probablemente hubiera sido más bajo, pero con Beckendorf caído y eso, nos hicimos de la vista gorda. Hermes obtuvo un 2, lo que no era sorpresa. Todos los campistas de los que no sabíamos quién era su progenitor divino eran enviados a la cabaña de Hermes, y siendo que los dioses eran un tanto olvidadizos, esa cabaña siempre estaba abarrotada.
Finalmente llegamos a la cabaña de Atenea, que estaba ordenada y limpia como de costumbre. Los libros estaban ordenados en los estantes. Las armaduras, pulidas. Mapas de batalla y modelos decoraban las paredes. Solo la cama de Annabeth estaba desordenada. Estaba cubierta de papeles y su laptop plateada estaba trabajando.
—Vlacas —murmuró Annabeth. Que básicamente era llamarse idiota en griego.—
Su segundo al mando, Malcolm, reprimió una sonrisa.
—Si, umh...limpiamos todo lo demás. No sabía si era seguro mover tus notas.—
Eso probablemente fue inteligente. Annabeth tenía un cuchillo de bronce que reservaba solo para los monstruos y la gente que se metía con sus cosas.”

4
“Palmeó el hocico de la señorita O´Leary. El recibidor se sacudió — BOOM, BOOM, BOOM
—lo que significaba que un equipo SWAT estaba echando abajo la puerta o que la señorita O´Leary meneaba la cola.”

5
“—Así que ésta es la puerta de Orfeo.— Traté de sentirme impresionado, pero seguía pareciendo una pila de rocas para mí. —¿Como se abre?—
—Necesitamos música. —dijo Nico —¿Que tal cantas?—
— Um, no. ¿No puedes solo decirle que se abra? Eres un hijo de Hades y todo.—
—No es tan fácil. Necesitamos música.—
Estaba bien seguro que si trataba de cantar todo lo que causaría sería una avalancha.”

6
“—¿Qué pasó? — preguntó Nico.
—Lo conseguí. Él…Sí. Viene en camino.—
Un minuto después, el árbol junto a nosotros se sacudió. Grover cayó de entre las ramas, justo de cabeza.
—¡Grover! —grité.
¡WOOOF! La señorita O´Leary lo miró, probablemente preguntándose si íbamos a jugar atrapadas con el sátiro.”

7
“Annabeth vino hacia mí. Estaba vestida de camuflaje negro con su cuchillo de bronce celestial atado a su brazo y la maleta de su laptop colgando del hombro — lista para apuñalar o navegar en internet, lo que viniera primero.”

8
“Nunca había estado más feliz de oír a nadie en mi vida. Una banda de 30 chicas adolescentes cruzó la Quinta Avenida. Vestían camisetas blancas, pantalones grises de camuflaje y botas de combate. Traían espadas en sus costados, un carcaj en sus espaldas y arcos preparados. Una manada de lobos blancos venia a sus pies, y varias de las chicas traían halcones en sus brazos. La chica que lideraba tenía el cabello negro alborotado y una chamarra de piel negra. Usaba un anillo de plata en la cabeza como la tiara de una princesa, que no combinaba con sus pendientes de calavera o su playera "Muerte a Barbie" que mostraba una muñeca Barbie con una flecha atravesándole la cabeza.”

9
“—¿Tratas de matarte, niño? ¿O solo eres extra—estúpido?—
El barbado espíritu del Hudson se burló. —Tú eres el experto en estupidez, Este.—
—Cuidado, Hudson.— gruño Este —Quédate en tu lado de la isla y ocúpate de tus asuntos.—
—¿O que? ¿Vas a lanzarme otra barca de basura?—
Flotaron cada uno hacia el otro, listos para pelear.
—¡Deténganse!— grite —Tenemos un problema mayor.—
—El chico tiene razón.— mascullo Este —Matémoslo ambos, y luego peleamos.—
—Suena bien.—dijo Hudson.”

10
“—¿Uno a uno?— le dije —¿Como en los viejos tiempos?—
Las fosas nasales del Minotauro goteaban. Él en verdad necesitaba guardar un paquete de Kleenex con Aloe Vera en su armadura, porque esa nariz estaba húmeda, roja y realmente viscosa. Tomó su hacha y la blandió a su alrededor. Era hermosa en un sentido de: "voy a destriparte como a un pez". Cada una de sus hojas gemelas estaba afilada como una omega — La letra final del alfabeto griego. Tal vez porque esa hacha era la última cosa que su víctima vería.”

11
“Cuando la puerta se azotó, May colapsó en brazos de Hermes y comenzó a temblar. Sus ojos se abrieron — brillando verdes — y se aferró desesperadamente a los hombros de Hermes.
—Mi hijo— siseó con una voz seca— ¡Peligro! ¡Terrible destino!—
—Lo sé, mi amor. Dijo Hermes tristemente. —Créeme, lo sé.”

12
“—¡Centauros!— exclamó Annabeth.
El ejército de los Ponis Fiesteros apareció en medio de nosotros en un alboroto de colores: camiseras desteñidas, pelucas afro multicolores, enormes lentes de sol y caras con pintura de guerra. Algunos tenían frases pintadas en sus flancos como: CABALLOS AL PODER o CRONOS AL HOYO.”

13
“Tomé la vasija de Pandora. El espíritu de la esperanza se removió en ella, tratando de calentar el frío contenedor.
—Hestia— dije —Le doy esto como una ofrenda.—
La diosa ladeó la cabeza. —Soy la última de los dioses. ¿Por qué me confías esto?—
—Usted es el Último Olímpico,— dije —y el más importante.—
—¿Y eso por qué, Percy Jackson?—
—Porque la esperanza sobrevive mejor en el hogar.— dije —Guárdelo por mí, y no estaré tentado a rendirme de nuevo.—
La diosa sonrió. Tomó la vasija en sus manos y ésta comenzó a brillar. El fuego del hogar ardió un poco más intenso.
—Bien hecho, Percy Jackson— dijo —Que los dioses te bendigan.—
—Estamos por descubrirlo. —Miré a Annabeth y a Grover. —Vamos, muchachos.—
Marché hacia el trono de mi padre.”

14
“El cielo se tornó oscuro y frio. Las sombras se extendieron. Un áspero cuerno de guerra sonó, y mientras los soldados muertos formaron filas con sus pistolas y espadas y lanzas, un enorme carro apareció en la Quinta Avenida. Vino a detenerse junto a Nico. Los caballos eran sombras vivientes, formadas de la oscuridad. El carro estaba incrustado de obsidiana y oro, decorado con escenas de muertes dolorosas. Sujetando las riendas estaba el mismísimo Hades, Señor de los Muertos, con Deméter y Perséfone detrás de él.
Hades portaba una armadura negra y una capa del color de la sangre fresca. Sobre su pálida cabeza estaba el Casco de la Oscuridad: una corona que irradiaba terror puro.
Cambiaba de forma mientras la veía — de la cabeza de un dragón a un círculo de llamas negras a un anillo de huesos humanos. Pero esa no era la parte escalofriante. El casco se adentró en mi mente y encendió mis peores pesadillas, mis más secretos temores. Quise arrastrarme a un agujero y esconderme, y puedo decir que el ejército enemigo.”

15
“—¡Grover Underwood de los sátiros!— llamó Dioniso.
Grover se adelantó nervioso.
—¡Oh, deja de mascar tu camiseta!— lo reprendió Dioniso —Honestamente, no voy a destrozarte. Por tu valentía y sacrificio, blah, blah, blah, y desde que hay una desafortunada vacante, los dioses han acordado nombrarte miembro del Consejo de los Sabios Ungulados.—
Grover se desplomó en el acto.
—Oh, grandioso— suspiró Dioniso, mientras varias náyades se acercaban a ayudar a
Grover. —Bueno, cuando despierte, alguien dígale que ya no será más un exiliado, y que todos los sátiros, náyades, driadas y otros espíritus de la naturaleza de ahora en adelante lo tratarán como Señor de lo Salvaje, con todos los derechos, privilegios y honores, blah, blah, blah. Ahora, por favor, llévenselo antes de que despierte y empiece a arrastrarse.—
—COOOOOOMIIIIIDAAAAA— gimió Grover, y los espíritus de la naturaleza se lo llevaron.”

16
“—¿Tienes algo que decirme, sesos de alga?—
—Probablemente me patees el trasero.—
—Sabes que te patearé el trasero.—
Limpié el pastel de mis manos. —Cuando estaba en el Río Estigio, volviéndome invulnerable...Nico dijo que debía concentrarme en una cosa que me mantuviera anclado al mundo, que me hiciera querer permanecer mortal.—
Annabeth posó la vista en el horizonte. —¿Si?—
—Luego, en el Olimpo,— dije —cuando ellos querían hacerme un dios y eso, me quedé pensando...—
—Oh, lo querías entonces.—
—Bueno, quizás un poco. Pero no lo hice, porque pensé...No quería que las cosas fueran iguales por toda la eternidad, porque las cosas siempre pueden ser mejores. Y estaba pensando...— Mi garganta se sentía realmente seca.
—¿En alguien en particular?— preguntó Annabeth, su voz era suave.
La miré y vi que trataba de no sonreír.
—Te ríes de mí.— me quejé.
—¡No es cierto!—
—No estás haciendo esto nada fácil.—
Entonces ella se río de verdad, y puso sus manos alrededor de mi cuello. —Yo nunca, nunca, voy a hacerte las cosas fáciles, sesos de alga. Acostúmbrate.—
Cuando ella me besó, sentí que mi cerebro se derretía y escurría por mi cuerpo.”


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