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Los fantasmas estaban por todas partes. Por encima de los tejados, paseando por las aceras, sentados en bancos junto a (o sobre) los turistas desprevenidos. Cuando nos detuvimos en un semáforo en rojo, nuestro coche estaba junto a un grupo de personas en un tour, irónicamente sobre la historia encantada de Nueva Orleans. Vi como tres espíritus discutían sobre los errores en la narración del guía. Uno de los fantasmas estaba tan indignado, que se mantuvo flotando a través del cuerpo del guía turístico, haciendo al hombre eructar una y otra vez. El pobre diablo probablemente pensaría que tenía indigestión. Lo que tenía era un fantasma cabreado en sus entrañas.
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"Estuve casada una vez", remarcó. "Su nombre era Jacques. Una noche, Jacques me golpeó y supe que lo disfrutó. A la mañana siguiente, le di un tónico envenenado, y luego lo enterré en el porche. Ahora cada vez que tengo un amante, lo llamo Jacques, para recordarme que si tengo que hacerlo, lo mataré".
Marie inclinó la cabeza y me lanzó una mirada desafiante. "¿Quieres algo de tomar?"
No después de esa historia. Pero si ella pensaba que iba a meter el rabo entre las piernas se equivocaba.
"Me encantaría". Tráelo, Reina Vudú
"¡Jacques!"
El ghoul apareció. "¿Mi amor?"
Sofoqué con dificultad un bufido, captando la razón del nombre. Si, mejor besa su culo amigo. Apuesto a que nunca olvidarás un aniversario. ¿Eh?
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Fabián bajó y se sentó - por así decirlo - junto a Annette. El fantasma le sonreía de una manera que sólo podría describirse como perdidamente enamorado.
Puse los ojos en blanco. Al parecer, incluso a los fantasmas les gustaba Annette.
Probablemente ella había encontrado la manera de tener sexo con él. A pesar de que era transparente y tan sólido como una nube de partículas, si alguien podía hacerlo, esa era Annette.
4
"¿Qué crees que estás haciendo?" Le pregunté.
“Llevarte” respondió, arqueando una ceja.
Si lo hubiera dicho mientras sostenía unas rosas y se disculpaba, yo podría haberme emocionado. Pero Bones lo dijo como si estuviera hablando de un par de zapatos que estaban fuera de lugar.
5
Spade no tenía audífonos para no permitirme escuchar hacia dónde íbamos. No, en cambio me golpeó para estar seguro que permaneciera dormida la mayoría del viaje. Spade era un maestro vampiro, así que cuando volví en sí, maldición, mi cabeza dolía.
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Spade asintió en confirmación. Yo estaba horrorizada. “Lo siento, ni siquiera recuerdo hacer eso…” Entonces me quede callada, inhalando cerca del brazo de Mencheres. Eso olía. Mmm
La siguiente cosa que supe, la muñeca de Mencheres estaba en mi boca y yo estaba sacudiéndola de lado a lado como un tiburón. Cuando me di cuenta lo que estaba haciendo, la escupí.
“¿Me dirá alguien que diablos está mal conmigo?”
Incluso mientras lo gritaba, no podía dejar de lamer mis labios. Ese sabor. Era tan perfecto. ¡Dios, nada había sabido la mitad de bueno antes!
“Te alimentas de sangre no muerta.”
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